ABSTRACT

No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quite el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia. Cuando se oyó la detonación, el padre no se levantó en 5 seguida, sino que se quedó durante algunos segundos paralizado con la boca llena, sin atreverse a masticar ni a tragar; por fin se alzó y corrió hacia el cuarto de baño. Cuando llegó allí lo único que se veía desde la puerta fue los pies de la suicida. El padre se echó a gritar.