ABSTRACT

Hundreds of local governments in the United States have adopted greenhouse gas (GHG) reduction goals during the past several years, requiring critical examinations of the role of the state in climate governance and the effects of these programs on urban citizenship. Using a study of Seattle, Washington, a city at the forefront of implementing climate regulations through formal government institutions, this article examines how and why climate is incorporated into local environmental policy. By deliberately connecting the causes and consequences of global climate change to the local community, Seattle has been able to use climate as a conceptual resource for urban environmental policy via the climatization of the urban environment. Furthermore, a key mechanism for making climate governable in Seattle is the carbonization of urban governance, where a relationship between the production of GHG emissions and specific urban activities is established through the use of GHG inventories and emissions monitoring. These practices facilitate the act of territorialization, where material natures and state institutions are coconstituted through the production of carbon territories. A key effect of these practices is that Seattle has begun to enroll its residents as a new type of carbon-relevant citizen in the regulation of global climate, while also reaffirming its ability to regulate infrastructural design, commercial activities, and community development. These findings are discussed with respect to their implications for how we understand state practice in climate governance, as well as the relationship between “the state” and “nature” in environmental politics. Key Words: climate governance, state practice, territorialization, urban environment. https://s3-euw1-ap-pe-df-pch-content-public-p.s3.eu-west-1.amazonaws.com/9780203723364/9115dab6-f7f1-455c-9c7d-096cf851a8d5/content/ufig17_1_B.tif" xmlns:xlink="https://www.w3.org/1999/xlink"/>

Por centenares, durante los pasados aaños los gobiernos locales de los Estados Unidos han adoptado metas de reducción de gases de invernadero (GHG, por la sigla en inglés), lo cual demanda exámenes críticos del papel del Estado en la administracion climatica y de los efectos de estos programas sobre la población urbana. Utilizando un estudio de Seattle, Washington, una ciudad de avanzada en la implememntación de regulaciones climáticas a través de instituciones gubernamentales formales, este artículo explora cómo y por qué el clima es incorporado en las políticas ambientales locales. Al conectar deliberadamente las causas y consecuencias del cambio climático global con la comunidad local, en Seattle se ha podido llegar a usar el clima como un recurso conceptual en política ambiental urbana por la via de la climatización del medio ambiente urbano. Además, un mecanismo clave para hacer gobernable el clima en Seattle es la carbonización adoptada por el gobierno urbano, al establecer una relación entre la producción de emisiones de GHG con actividades urbanas específicas, mediante el uso de inventarios de GHG y el monitoreo de emisiones. Tales prácticas facilitan la norma de territorialización, donde la naturaleza material y las instituciones del Estado se interconstituyen a través de la producción de territorios del carbono. Un efecto crucial de estas prácticas lo constituye el hecho de que Seattle ha empezado a comprometer a sus residentes en una nueva categoría de relevancia ciudadana por el carbono en la regulación del clima global, a la vez que también reafirma su habilidad para regular el diseño de la infraestructura, las actividades comerciales y el 217desarrollo comunitario. Estos descubrimientos son analizados en lo que tiene que ver con sus implicaciones sobre la manera como entendemos la práctica del estado en la administración del clima, lo mismo que la relación entre “el estado” y “la naturaleza” en términos de políticas ambientales. Palabras clave: administración del clima, práctica estatal, territorialización, entorno urbano.