ABSTRACT

Creo advertir que el concepto de “prejuicio” es una suerte de test proyectivo, que saca a relucir lacras que quien intenta definirlo atribuye al “otro”. Para empezar por casa, estoy seguro de que mis opiniones sobre el prejuicio llegan a identificarme y acaso a singularizarme, porque hasta ahora no abundan quienes las compartan, mas tampoco me pasa desapercibida la frustrada exasperación de quienes intentan refutarme. Veamos mis incomodidades con lo que podríamos llamar “la versión ortodoxa” del prejuicio: a) Tradicional y formalmente se toma “prejuicio” como si fuera un problema fundamentalmente ético; sin embargo, la ética es una rama de la filosofía que estudia la moral consciente y racionalmente, en cambio para mí los componentes más poderosos del prejuicio tienen poco que ver con la consciencia y casi nada con la razón. b) Cuando algo es privativo de una sociedad determinada o de una época, como sería un idioma, una forma de gobierno, una escuela pictórica, se considera que es producto de la cultura; en cambio, cuando se observa en todas las personas, de todos los pueblos de la Tierra y a lo largo de toda la historia y aun de la prehistoria, como serían la tos, el sueño, los celos, la risa, el llanto, se sospecha que deben tener raíces biológicas, en cuyo caso para entender por qué los humanos tenemos esos atributos resulta imprescindible rastrear su evolución biológica. No estoy diciendo que hoy tengamos los mismos prejuicios que tenían los caldeos, pero sí que ellos tenían prejuicios, que cumplían esencialmente las mismas funciones que entre nosotros en pleno siglo xxi. c) Pero, hasta hace pocas décadas a quien sugiriera posibilidad de que algún atributo humano con incidencia en lo cultural, como sería el ser prejuicioso, podía tener raíces biológicas se lo acallaba y vilipendiaba para escarmentarlo y disuadir a quien dudara de que todo se debe jugar en el nivel de la ética, d) Como 186argumentaré en su momento, el prejuicio tiene fuertes componentes biológicos y también supra-personales, en el sentido de que, además de sus propios prejuicios, una persona refleja los de su(s) grupo(s) de pertenencia.