ABSTRACT

En la formación de palabras intervienen procesos morfológicos de diversa índole que se pueden sistematizar de manera general. Sin embargo, no resulta posible añadir cualquier elemento a una palabra, sino que existen características concretas relacionadas con su formación como, por ejemplo, el número de raíces que se combinan entre sí o el tipo de afijos flexivos o derivativos que se añaden a la raíz o base léxica. Así, encontramos en español dos mecanismos principales que dan lugar a la creación de palabras: la derivación y la composición. La derivación es el proceso más productivo en la lengua, y consiste en la adición de diferentes afijos a una raíz como, por ejemplo, sal > salado, salino, saladar, saladero, salador, salero, etc. Como vemos, en este proceso no solamente varía el significado de la palabra, sino que también puede cambiar la categoría gramatical. La composición es igualmente un proceso bastante productivo en la lengua, y se define como la combinación o unión de al menos dos raíces que a su vez pueden contener otros afijos, como en compraventa, ítalo-argentino, sofá cama, etc.