ABSTRACT

A grandes rasgos, el español de América se puede dividir en dos tipos lingüísticos principales: el español de tierras altas, “la vasta porción de las mesetas que se extienden desde Méjico a través de la cordillera de América central y de los Andes de América del Sur hasta el norte argentino” y el español de tierras bajas, “las vastas regiones de las costas americanas y los llanos que las prolongan” (Rosenblat 1962, 110; citado en Parodi 2016, 375). Estas variantes presentan características muy distintas entre sí, como iremos analizando en cada modalidad, pero también comparten algunos rasgos como el ser variedades seseantes y también yeístas en su gran mayoría. La división general en grandes extensiones geográficas nos sirve para comprender el contacto dialectal del español americano. Así, el español conservador de fuerte consonantismo, cajón [ka.xón], cansado [kan.sá.ðo] o pan [pán], sería el de las tierras altas, mientras que el más innovador y de consonantismo débil, cajón [ka. hón], cansado [kan.sá.o] o pan [pãŋ], correspondería al de las tierras bajas (Parodi 2016, 375).