ABSTRACT
Hay momentos en que los mercados se convierten en
el mejor terreno donde las personas afectadas por el
hambre y la pobreza pueden asegurarse el
mantenimiento de sus medios de subsistencia y
preservar su seguridad alimentaria. No obstante, la
intervención de los gobiernos es a menudo necesaria
para gestionar la vulnerabilidad y solucionar los
problemas de inseguridad alimentaria, y siempre
deseable para orientar y controlar los mercados,
especialmente durante las primeras fases de un
desarrollo económico y agrícola o bien en situaciones
de transición (Timmer, 2008). Uno de los factores que
contribuyeron decisivamente a los avances
extraordinarios que realizó China en su lucha por la
disminución de la pobreza fue el hecho de que “no
cometió el error de creer que una mayor liberalización
de los mercados requería instituciones [estatales] más
débiles… Está claro que la combinación de
formulaciones políticas sólidas e instituciones políticas
fuertes fue un ingrediente básico de la fórmula exitosa
que empleó China en su lucha contra la pobreza.