ABSTRACT

Durante el “Período especial en tiempos de paz” (1990-2004)1 surge la necesidad de redefinir la nación cubana, puesto que se suspenden las posturas ideológicas que antes motivaban a los cubanos a seguir las premisas de la Revolución de 1959. Ya que son eliminadas algunas de las restricciones sociales y culturales de los años anteriores, la literatura cubana de los años 90 y 2000 emprende la exploración de temas previamente considerados tabúes a través de personajes homosexuales que describen el pasado y el presente desde distintas perspectivas (Quiroga 2005, 133). Así, en Contrabando de sombras (2002) de Antonio José Ponte, la superficie urbana de La Habana-con sus ruinas y cementerios de los años 90-simboliza el fracaso del proyecto revolucionario. En este ensayo propongo examinar cómo en la novela de Ponte se construyen los espacios sexualizados, que revelan el vacío del mito socialista y constituyen un sistema cerrado que refleja el aislamiento de la isla y la imposibilidad de escape de la homofobia cubana. Además, los espacios sexualizados provocan la búsqueda de una realidad alternativa, generan y canalizan el surgimiento del nuevo protagonista cubano nacional, cuyo rol a partir del Período Especial empieza a corresponder a un sujeto queer.