ABSTRACT

La NGLE delimita de este modo la sufijación apreciativa:

Se llaman apreciativos los sufijos que se añaden a numerosos sustantivos y adjetivos, y ocasionalmente también a otras clases de palabras, para expresar tamaño, atenuación, encarecimiento, cercanía, ponderación, cortesía, ironía, menosprecio y otras nociones —no siempre deslindables con facilidad— que caracterizan la valoración afectiva que se hace de las personas, los animales o las cosas: blandengue, calvete, feúcho, fortunón, listillo, pelín, sombrerazo, tipejo, vaquita. En unos casos, el hablante expresa con estas voces alguna cualidad objetiva de lo designado, generalmente el tamaño (banderín, jardincito, portón); en otros muchos manifiesta alguna valoración de carácter exclusivamente subjetivo (madrecita, tontorrón).

(NGLE, § 9.1a).