ABSTRACT

Se denominan así los distintos geolectos del español hablado por los judíos sefardíes en la diáspora después de su expulsión de España (1492), Portugal (1497) y Navarra (1498). Aunque los judíos expulsados se asentaron en varias regiones de Europa y del Mediterráneo, el judeoespañol se mantuvo principalmente en las comunidades del norte de África y en los territorios del Imperio otomano. Otros autónimos incluyen “espanyolith”, “muestro espanyol”, “espanyol de mozotros”, “djudió”, “djudezmo”, o simplemente “espanyol”. No se debe confundir con el término “ladino” ya que esto se refiere al calco litúrgico escrito y no a la variedad oral y vernácula (Sephiha 1973).