ABSTRACT

The theory of “radical geopolitics” is directly concerned with identifying the roots of U.S. foreign policy from a critical political economic perspective, seeking to determine the relative importance of political factors and economic forces in shaping foreign policy. It builds on Harvey’s (2003) conceptualization of two logics of power and deploys a “geopolitical logic” and a “geoeconomic logic” to interpret political events. The former logic arises out of capitalism’s tendency to expand geographically and the latter out of officials of statecraft’s need to maintain their state’s credibility internationally. Post-World War II U.S. foreign policy has largely followed the geoeconomic logic but has also been oriented (in sometimes divergent directions) by the geopolitical logic. A discussion of the Iranian nuclear “crisis” illustrates the radical geopolitics approach using national security documents outlining U.S. policy toward the Middle East and Iran, along with detailed interviews with senior diplomats from Iran, the United States, China, Russia, Germany, the United Kingdom, France, and the European Union. The Iranian crisis is a product of (1) American interest in the control of Iranian energy resources (a geoeconomic logic); and (2) American officials’ need to reaffirm U.S. credibility in the face of Iranian defiance of U.S. hegemony in the Middle East (a geopolitical logic).

https://s3-euw1-ap-pe-df-pch-content-public-p.s3.eu-west-1.amazonaws.com/9780203723340/46810906-e9ac-4274-8db5-9380220053a5/content/fig00016_B.tif" xmlns:xlink="https://www.w3.org/1999/xlink"/>

La teoría de “geopolítica radical” se relaciona directamente con la identificació n de las raíces de la política exterior de los EE.UU., desde una perspectiva político-económica crítica, buscando establecer la importancia relativa que tienen factores políticos y fuerzas económicas en el diseño de la política externa. Esta teoría elabora a partir de la conceptualización de Harvey (2003) sobre las dos lógicas del poder, y despliega una “lógica geoeconómica” y una “lógica geoeconómica” para interpretar los eventos políticos. La primera de tales lógicas surge de la tendencia del capitalismo a expandirse geográficamente, y la segunda de la necesidad que tienen funcionarios oficiales por conservar internacionalmente la credibilidad de su estado. La política exterior de los EE.UU. después de la II Guerra Mundial en general ha seguido la lógica geoeconómica, aunque también ha sido orientada (algunas veces en direcciones divergentes) por la lógica geopolítica. Una discusión de la “crisis” nuclear iraní ilustra el enfoque geopolítico radical, con el suo de documentos de seguridad nacional que bosquejan la política americana hacia el Medio Oriente e Irán, más entrevistas detalladas con diplomáticos de alto nivel de Irán, los Estados Unidos, China, Rusia, Alemania, el Reino Unido, Francia y la Unión Europea. La crisis iraní es el producto de (1) el interés americano por controlar los recursos energéticos iraníes (una lógica geoeconómica); y (2) la necesidad de funcionarios del gobierno americano de reafirmar la credibilidad de los EE.UU. ante el reto iraní a la hegemonía americana en el Medio Oriente (una lógica geopolítica)