ABSTRACT

Las Odas espirituales de Fray Luis de León muestran una lucha interior del hablante poético que se esfuerza por trascender el mundo material y llegar a una visión de un mundo poético armónico. El encarcelamiento, bajo la Inquisición, de Fray Luis, entre 1572 y 1576, ayuda en parte a explicar la intensidad de ese anhelo de escapar de la tierra, ya que varias odas fueron escritas durante aquellos años. 1 Además de notar la base anecdótica de los poemas, es útil enfocar al hablante y al tono con que se expresa en algunos textos específicos; tal enfoque revela que, si bien el conflicto reside dentro del hablante, también se manifiesta en una relación dinámica con el lector. Alonso ya ha notado que la característica sobresaliente de la poesía luisiana es la tensión creada por una polaridad entre la armonía y la desarmonía. 2 Este estudio se propone examinar cómo funciona esa tensión para crear una experiencia poética total, la que comprende al hablante y al lector. El conflicto central de estos poemas se hace evidente en dos niveles, en los cuales el hablante se vale de dos recursos poéticos: la metáfora y la metonimia. Por un lado, el hablante procura concretizar su visión del mundo celestial a base una metáfora; es decir, compara su imaginada unión espiritual con una imagen del mundo real, sea un concierto musical, sea el pacer de ovejas en un prado. Por otro lado, una vez establecida la metáfora, el hablante pasa a reforzarla con imágenes metonímicas que extienden el mundo metafórico por detalles que reflejan un orden lógico. 3 Paradójicamente, la metonimia acaba por distanciar al lector del hablante; esta reacción distanciada, a su vez, transforma la visión original en una más realista y humana en la cual el lector puede participar. El efecto final de estas odas se debe a una interacción dinámica entre el mundo creado por el hablante y las modificaciones efectuadas por el lector ante ese mundo.