ABSTRACT

La década del 70 ha visto desencadenarse la polémica erudita sobre el texto del Poema de Mio Cid. Lo que durante más de medio siglo había sido ruda batalla sostenida por un caballero singular –Don Ramón Menéndez Pidal—en defensa del tradicionalismo de la canción de gesta frente a los reiterados ataques del individualismo, pero que sólo esporádicamente había tocado el texto crítico fijado por don Ramón en sus ediciones de 1911-1913, se centró, después de su muerte, en el cuestionamiento del texto canonizado por la crítica y en el intento de fijación de un nuevo texto como resultado de posiciones críticas asumidas a priori. La nueva postura ante el texto era legítima, no así los preconceptos que pronto se fueron manifestando. Desde las ediciones de Colin Smith (Oxford, 1972; trad. esp. 1976) y Ian Michael (Manchester, 1972; trad. esp. 1973), hasta las de Miguel Garci Gómez (1977), Jules Horrent (1982) y la reciente de María Eugenia Lacarra, la fijación del texto es resultado y punto de partida a la vez, para una polémica que se ha endurecido, en el último año, entre neoindividualistas y neotradicionalistas. Me remito a los artículos firmados por Colin Smith (Hispanic Review, 51 [1983]), por una parte, y Charles Faulhaber (Romance Philology, 30 [1976]), Samuel Armistead (Hispanic Review, 46 [1978]) y Thomas Montgomery (Journal of Hispanic Philology, 7 [1983]), por la otra.