ABSTRACT

The climatic events inferred by the changing Late Tertiary South American communities have been compared with coeval global marine temperature changes, sea-level variations and diastrophic events. There is an outstanding correlation of pattern variations of such climatic parameters with those affecting the continental South American mammal communities. The so-called dramatic cooling event following the beginning of Middle Miocene time had its counterpart in the coeval Patagonian continental Friasian mammals (ca. 16–12 Ma). There began a new “faunistic cycle”, which shows the initial effects of the progressive trend that characterizes the rest of the cycle: aridity, cooler climates, and more varied environmental subdivision. Most of the early Miocene Santacrucian taxa related to subtropical woodlands became extinct, vanished or disappeared from Patagonia. Among others, the platyrrhinii monkeys offer an eloquent model of the intensity and geographical range of the climatic and environmental changes occurring in southern South America: they have not been recorded in any of the rich Argentine post-Santacrucian mammal sites, even in those particular Mesopotamian regions (ca. lat.27°S) where they are presently living. The beginning of the Friasian Land Mammal Age is related to a diastrophic phase, which caused the (1) rising of the Patagonian Andean Cordillera leading to the first steps of Patagonian desertization; (2) emergence of the southern Patagonian region and related subsidence of most of the northern Argentine territory, covered by a wide-ranged marine transgression, contemporaneously related to the Friasian mammal-bearing formations; and (3) the first Neogene dispersal event from South America (forerunners of some peculiar West Indies rodents, edentates, and probably platyrrhinii monkeys). Very probably there is also a correlation with the onset of significant continental glaciation in Antarctica, and the beginning of the opening of the Drake Passage. The withdrawal of that marine transgression initiated a period 2known by us as “edad de las planicies australes” (i.e., “age of the southern plains”), ca. 11–3 Ma, apparently related to (1) a major sea-level fall (ca. 10.8 Ma) and to a “subphase” of a complex diastrophic event (Quechua Phase); (2) outline of the Antarctic Circumpolar Current; (3) beginning of ice sheet formation in West Antarctica; and (4) beginning of the American Interchange. What we distinguish as the “cricetid dispersal event” appears related to the “Messinian Low”, in turn to a major sea-level fall dated at 6.6 Ma, and to one “subphase” of the Quecha Phase. The so-called “Great American Interchange” appears related to the Diaguita Phase, and to the final stages of the establishment of the Panamanian land bridge (ca. 3.0 Ma). Mammals representing these late Tertiary events, and till well into the early Pleistocene, show only gradual decreasing of temperature.

Resumen

Se comparan los eventos climáticos inferidos por los cambios en las comunidades de los mamíferos sudamericanos del Terciario tardío con los cambios coevos de las temperaturas marinas, los cambios del nivel del mar y los eventos diastróficos. Existe una notable correlación del tipo de variación de esos parámetros climáticos con el que afecto las comunidades de los mamíferos sudamericanos. El calificado como dramático enfriamiento que siguió los comienzos del Mioceno medio tuvo su contrapartida en las coetáneas comunidades de mamíferos continentales de la Edad Friasense (ca. 16–12 Ma). Comenzó entonces un nuevo “ciclo faunístico”, que mostró los efectos iniciales de la tendencia que progresivamente caracterizó el resto del ciclo: aridez, climas más fríos y una más variada subdivisión ambiental. La mayoría de los taxa del Mioceno temprano (Santacrucense) relacionados a bosques subtropicales se extinguieron, escasearon o desaparecieron de Patagonia. Entre otros, los monos platirrinos ofrecen un modelo elocuente de la intensidad y extensión geográfica de los cambios climático-ambientales que sucedieron entonces en el sur del continente: no se los ha registrado más en ninguno de los ricos yacimientos paleontológicos argentinos post-santacrucenses, aun en aquéllos de la particular región mesopotámica (ca. lat.27°S) donde actualmente están viviendo. El comienzo de la Edad-mamífero Friasense está relacionado a una fase diastrófica que produjo: (1) la elevación de la cordillera andina patagónica, conducente a las primeras etapas de la desertizcción de Patagonia; (2) la emergencia de la región patagónica austral y la relacionada subsidencia de gran parte del territorio argentino al norte de ella, que fue cubierto por una extendida transgresión marina relacionada a las formaciones mamalíferas friasenses; y (3) al primer evento de dispersión desde América del Sur (antecesores de algunos peculiares roedores, edentados y probablemente monos platirrinos antillanos). 3Muy probablemente existe también una correlación con la instauración de una significativa glaciación continental en Antártida y con el comienzo de la apertura del Pasaje Drake. La regresión de aquella transgresión marina inicio un período conocido por nosotros como “edad de las planicies australes” (ca. 11–3 Ma), aparentemente relacionada a (1) una caída mayor del nivel marino (ca. 10,8 Ma) y a una subfase de un complejo evento diastrófico (Fase Quechua); (2) esbozo de la Corriente Circumpolar Antártica; (3) comienzo de la formación de la cubierta glacial en Antártida Occidental; y (4) comienzo del intercambio americano. Lo que hemos distinguido como el “evento de dispersión de los cricétidos” aparece relacionado al “Descenso Messisiano”, a su vez vinculado a un descenso del nivel marino mayor datado en los 6,6 Ma, y a una subfase de la Fase Quechua. El denominado “Gran Intercambio Americano” aparece relacionado a la Fase Diaguita y a las etapas finales del establecimiento del puente continental panameño (ca. 3,0 Ma). Los mamíferos que representan los últimos eventos del Terciario, y hasta aquéllos del Pleistoceno temprano, indican que el decrecimiento de la temperatura de ese lapso fue gradual.