ABSTRACT

En los últimos 200 años, las enfermedades infecciosas, como la peste, y la mortalidad que éstas causan han ido disminuyendo paulatinamente en los países desarrollados. Pero los que están en desarrollo siguen enfrentándose a lacras de ingentes proporciones: enfermedades infecciosas, como el paludismo o la tuberculosis; enfermedades infantiles, como la diarrea o la neumonía, y las carencias nutricionales son las causas principales de mortalidad y morbosidad. El hambre, una dieta deficiente, el agua no apta para el consumo, la falta de higiene y de salubridad, junto con la predisposición a enfermedades resistentes a los medicamentos y el acceso limitado a los servicios sanitarios, siguen obstaculizando el progreso en el control de la desnutrición y de las enfermedades infecciosas, a pesar de los avances tecnológicos.