ABSTRACT

La Nueva Polîtica Economica (NEP) de Malasia fue dada a conocer por primera vez en 1970 como la principal respuesta polîtica a los disturbios raciales postelectorales que tuvieron lugar en mayo de 1969 y que también condujeron a un cambio de régimen importante. En este documento se in-dica que los eventos de mayo de 1969 también supusieron el rechazo popular general a la coaliciôn de la Alianza, la agrupaciôn polîtica dominante, al igual que un “gofpe de Estado” al interior 243de la Organización Nacional para la Unidad Malasia (UMNO por sus siglas en ingles), el partido en el poder; ya que los “Jóvenes Turcos” que apoyaban al entonces Viceprimer Ministro Tun Abdul Razak rechazaron al Primer Ministro Tunku Abdul Rahman, dirigente de la UMNO desde 1951 y que había llevado al país a su independencia en agosto de 1957. El nuevo régimen de Razak estimó que el régimen de Rahman había sido excesivamente conciliador con los ubicuos círculos comerciales chinos. Por consiguiente, el nuevo régimen de la NEP de Razak se comprometió a fomentar la acción afirmativa étnica, o las políticas de discriminación positiva, en nombre de los malasios étnicos en particular y de los indîgenas bumiputera en general.

La NEP tenía dos enfoques: ‘la erradicación de la pobreza con independencia de la raza” y la “re-estructuración de la sociedad para eliminar la identificaci�e la raza con la función económica”. En teoría, la NEP debía crear las condiciones para la unidad nacional, al reducir el resentimiento interétnico debido a disparidades socioeconómicas. En la práctica, las políticas de la NEP se percibieron como pro-bumiputera, o más específicamente como pro-malasios, haciendo referenda a la comunidad étnica indígena más grande. Los esfuerzos desplegados para reducir la pobreza fue-ron considerados esencialmente rurales y malasios, con políticas fundamentalmente orientadas a los campesinos malasios. Dado que estos esfuerzos no habían sido polémicos y habían perdido importancia con el tiempo, la NEP se identificó cada vez más con iniciativas encaminadas a la “re-estructuración de la sociedad” para reducir las disparidades interétnicas, especialmente entre malasios étnicos y chino-malasios étnicos.

La NEP se ha asociado con el primer Plan General de Perspectivas [Outline Perspective Plan— OPP] para 1971–1990. El OPP pretendía reducir la pobreza en Malasia Peninsular del 49 por ciento en 1970 al 16 por ciento en 1990. En 1990, la tasa real de pobreza en la península se estimó en el 17 por ciento, mientras que la tasa nacional fue ligeramente superior. El principal objetivo de reestructuración de la NEP era aumentar el porcentaje de los accionistas bumiputera del 1.5 por ciento en 1969 al 30 por ciento en 1990. Según los datos del gobierno, este ascendió al 18 por ciento en 1990 y a algo mas del 20 por ciento en 2000. Aunque el gobierno preveía inicialmente que gran parte del capital en acciones de los bumiputera estaría en manos de compañías fiduciarias, el porcentaje de accionistas bumiputera individuales ha aumentado de menos de un tercio a mas del 90 por ciento. La evaluación realizada de los logros obtenidos por la NEP ha sido motivo de gran polémica, exacerbada por la falta de transparencia sobre los datos económicos considerados confidenciales.

Desde entonces la NEP parece haber sido reemplazado por la Política de Desarrollo Nacional asociada con el Segundo Plan General de Perspectivas para 1991–2000, y luego con la Política de Visión Nacional vinculada con el Percer Plan General de Perspectivas para 2001–2010. Aunque las nuevas políticas han puesto mucho más énfasis en lograr el crecimiento rápido, la industrialización y el cambio estructural; en general se percibe que la política pública sigue estando dominada por las políticas económicas interétnicas de la NEP, concretamente la redistribución de la riqueza o los objetivos “de reestructuración”.

Estas políticas se consideran especialmente importantes en términos de políticas públicas influyentes que afectan la propiedad del patrimonio corporativo, así como otras áreas, en particular las oportunidades de educación y empleo. En otras palabras, la discriminación étnica abarca funda-mentalmente los círculos comerciales y la clase media, donde la tension interétnica es mayor. Las coaliciones de empresas interétnicas han adquirido una creciente importancia con el tiempo; en muchos casos cuentan con un socio malasio étnico que consigue el crédito para poder accéder a oportunidades comerciales determinadas por el gobierno, y con un socio chino étnico que tiene acceso al capital y suficiente perspicacia en los negocios para llevar la tarea a buen término. Taies empresas conjuntas han generado un resentimiento considerable, particularmente entre aquellos a quienes se les ha negado el acceso a taies oportunidades comerciales.

La captación de rentas y el favoritismo dieron lugar a críticas y resentimiento, debido al hecho de que las autoridades gubernamentales, desde mediados del decenio de 1980, decidían sobre las oportunidades de privatización de manera discrecional. Tal manejo de distribución de las 244oportunidades de privatización también aumentó los recursos de las autoridades para el patrocinio, lo que a su vez fomentaba la competencia para los cargos polîticos y dentro del partido, al igual que la movilidad ascendente. La naturaleza selectiva del proceso y de los procedimientos que acompañan las licitaciones, sumados a la crisis monetaria, financiera y económica de 1997–1998 contribuyeron más bien a fortalecer que a debilitar esas tendencias.

Si bien no cabe duda de que la mayoría de los objetivos socioeconómicos especóficos de la NEP se han alcanzado, más bien tarde que temprano, no está claro que este logro haya propiciado la unidad nacional, entendida en términos de unas mejores relaciones interétnicas. Asociar casi exclusivamente unas mejores relaciones interétnicas con la reducción de las disparidades interétnicas entre los respectivos círculos comerciales y las clases médias ha generado de hecho mas resentimiento étnico en ambas partes. Las políticas de acción afirmativa étnica tal como se han llevado a cabo en Malasia, han asociado los intereses de grupos étnicos enteros con sus respectivas elites; por lo que se ha generalizado el resentimiento asociado con la competencia interétnica y dentro de las clases sociales. Así pues, es poco probable que las políticas de acción positiva étnica logren mejorar plenamente las relaciones interétnicas. Es preciso hallar una estrategia alternativa para crear condiciones más duraderas que mejoren las relaciones interétnicas.

En el momento de escribir este texto, Jomo K.S. era Profesor en el Departamento de Economîa Aplicada en la Universidad de Malaya, Kuala Lumpur, Malasia.