ABSTRACT

No hay comedia de capa y espada de Calderón más célebre y, al parecer, mejor conocida que la escrita en 1629 por este dramaturgo y titulada La dama duende. No obstante, una mera ojeada sobre la labor crítica a ella referida no tarda en revelar la existencia ineludible de una importante serie de problemas harto difíciles, y por eso dejados, en su mayoría, sin resolver. Entre ellos, los que piden más urgente revisión son los que se podrían llamar los problemas textuales, expresión que se ha de entender en un doble, y complementario sentido: en el sentido bibliográfico y filológico primero; y, luego, en el sentido de la interpretación correcta de las informaciones proporcionadas por el texto mismo sobre los aspectos espaciales, dramáticos y escénicos, de una comedia en la que, como se sabe, desempeña un papel fundamental la disposición topográfica de la casa del amigo de don Manuel, don Juan de Toledo.