ABSTRACT

Basilia empieza narrando la historia de los orígenes del maní en Palenque: fue traído por esclavas africanas que escaparon llevando las semillas metidas en sus trenzas. Ella comparte recuerdos de cómo, cuando era niña, limpiaba el maní con su tía; y luego, al convertirse en una novia adolescente, plantaba la cosecha con su suegra. Ella discute los aspectos nutricionales, comerciales y medicinales del maní en Palenque, incluyendo el ser usado para estimular la lactancia entre madres primerizas. A su vez, detalla el método único de cultivar maní en la villa, describiendo las herramientas usadas, el trato a la semilla y las canciones, leyendas y prácticas culturales que, la gente cree, aseguran una cosecha fértil. Además, explica por qué esta práctica es tradicionalmente asumida por las mujeres palenqueras. Basilia habla de cómo, en 1990, el conflicto armado condujo a la violencia y a la migración laboral, casi trazando el fin de la cosecha de maní en la villa. Al final de la entrevista, Basilia resalta la importancia de reintroducir la cosecha de maní en Palenque. Como un ejemplo, cuenta la iniciativa de 38 niños de colegio, profesores y Mochita, la última mujer que activamente cultiva maní en la villa, para traer esta práctica a la vida. Basilia busca inspirar a otros miembros de la comunidad a plantar manís en los jardines de sus casas con el objetivo de usar la cosecha del año siguiente para organizar un Festival de Maní en el 2021, involucrando a toda la comunidad.