ABSTRACT

En la primera escena de El sí de las niñas (1805) una conversación entre el protagonista don Diego y su criado Simón lleva a una situación en que el primero, un hombre adinerado de 59 años, revela por fin su intención de casarse con doña Francisca, una joven de 16 años que él ha llegado a conocer en persona solo dos o tres días antes. La falta de franqueza de don Diego, que solamente aclara sus intenciones cuando el secreto ya le resulta difícil de mantener, había hecho imaginar a Simón durante una parte considerable del diálogo que el futuro esposo de Francisca sería el sobrino de don Diego, el joven militar don Carlos. 1 El equívoco empleado por Moratín pone en primer plano la irracionalidad del hombre mayor que ha imaginado una vejez feliz casándose con una joven atractiva, inocente y simpática aquien acabadeconocer yde cuyos sentimientos e inclinaciones solo tiene noticia indirectamente, a través de la madre de la joven, doña Irene. 2 Si don Diego no ha sido sincero anteriormente con su criado, el espectador de la obra pronto descubre que la razón por la que se ha empeñado en su objetivo es porque doña Irene ha insistido en que la joven acepta la propuesta. Sin embargo, a medida que se desarrolla la obra el espectador ve claramente que el proyectado matrimonio se debe más bien a la voluntad de doña Irene, que piensa que el enlace de su hija con un hombre mayor con fortuna ofrece una solución a su propia condición económica empobrecida y permitirá rescatar a Francisca de una vida recluida en un convento. 3 Don Diego, por su parte, sin duda sería consciente de que la posibilidad de que unajoven de clase media sin dote se librara de una vida conventual era limitada, e incluso habría imaginado que la oferta sería bien recibida por la joven, que en los días transcurridos desde que se conocieron no ha dado ninguna señal de oponerse a la idea del matrimonio propuesto por su madre.