ABSTRACT

En la lengua encontramos con frecuencia refranes que se han transmitido de generación en generación, y que habitualmente nos presentan una enseñanza de carácter popular. También se conocen con el nombre de dichos o proverbios. La estructura del refrán suele ser invariable y, en ocasiones, se utiliza como respuesta a lo que alguien acaba de decir, ya sea a modo de consejo o advertencia, o ante una situación análoga que nos recuerda a lo que se dice en el refrán. Ej

¡Qué tiempo más malo! No ha dejado de llover en todo el mes.

Bueno, ya lo dice el refrán: en abril, aguas mil.

En este capítulo, nos centraremos en refranes que nos enseñan aspectos relacionados con la vida cotidiana y que tratan sobre el amor, el trabajo, el dinero, el calendario y la meteorología. Como veremos, es habitual que muchos de ellos se centren en varios temas a la vez.

Ej

Rey es el amor, y el dinero, emperador.

Es conveniente recordar que algunos refranes se componen de dos partes que riman entre sí: “Querer es poder” (Where there’s a will, there’s a way). Si no lo hacen, poseen una estructura característica que muestra que se trata de una frase hecha: “A buen entendedor, con pocas palabras bastan” (A word to the wise is sufficient). Si el refrán se ha popularizado, a veces solamente se utiliza la primera parte ya que se asume que el interlocutor conoce la segunda.

Ej

¿Realmente crees que nos estaba diciendo que nos fuéramos de allí?

A buen entendedor …

Al ser expresiones que se han originado en la cultura popular y en el folclore de cada país, muchos refranes son de carácter humorístico y no poseen un equivalente directo en otras lenguas. Sin embargo, a veces no resulta difícil entender su significado ya que muchos de ellos presentan una lógica en su planteamiento: “Más vale malo conocido que bueno por conocer” (Better the devil you know).