ABSTRACT

Durante un homenaje en memoria de Eric Berne, Franklin Ernst (1971) resaltó que la contribución más significativa de Berne a la profesión de la psicoterapia ha sido la identificación de los Estados del Yo Padre y su diferenciación de los Estados del Yo Adulto y Niño. Esta relevante diferenciación proporciona un marco teórico para el Análisis Transaccional clínico que sugiere un enfoque psicoterapéutico que puede aliviar muchas manifestaciones de ansiedad, depresión y baja autoestima derivadas de un conflicto intrapsíquico. Sin embargo, la mayor parte de la literatura del Análisis Transaccional clínico se ha centrado o bien en liberar los Estados del Yo Niño de una compulsión a adaptarse (fortaleciendo el control del Estado del Yo Adulto y reemplazando un mensaje introyectado dañino por un mensaje introyectado benigno) o en hacer cambios conductuales que faciliten las transacciones de “Estado del Yo” Adulto a “Estado del Yo” Adulto.