ABSTRACT

Se ha dicho que el lenguaje consiste en sus sonidos, pero la comunicación humana es mucho más que una concatenación de sonidos aislados. Aunque es cierto que la base de la comunicación humana son los sonidos, no faltan ejemplos de cadenas fónicas que carecen de valor comunicativo. El que escucha a un hablante de un idioma desconocido, por ejemplo, percibe sonidos, pero no participa en una comunicación. El infante es capaz de producir una gama de sonidos más amplia que la de sus padres; en sus primeros años pasa por una fase en la que experimenta con la producción de nuevos sonidos que tampoco tienen fines comunicativos.