ABSTRACT

Uno de los sectores más impactados durante la pandemia mundial de la COVID-19 a principios de 2020 fue la educación, donde las instituciones, los docentes, los aprendientes y las familias tuvieron que adaptarse a una nueva forma de aprendizaje mediado por tecnología. En el ámbito de la enseñanza de lenguas, esta situación de emergencia global alteró de manera significativa el ecosistema tradicional de enseñanza, basado principalmente en clases presenciales y en el uso de la tecnología como un complemento en el proceso de enseñanza (Arias Ortiz et al. 2020; BBC 2020; CEPAL-UNESCO 2020; Suárez Pertierra 2020).