ABSTRACT

En la actualidad, estamos transitando hacia la “edad de X (Twitter)” o la edad de las redes sociales como medio de comunicación imperante (Ott, 2017). La edad de la tipografía dio paso a la edad de la televisión y esta, a la de X. 2 Del mismo modo que la televisión contribuyó a la transformación del discurso público (Pons Bordería, 2014; Robinson, 1998), esta plataforma de microblogging ha empezado a transformar nuestro escenario televisual y, por tanto, el carácter del discurso público: pasamos de la televisión que premiaba un discurso público tonto, ridículo e impotente, a X, que promueve un discurso público sencillo, impetuoso, y, con cierta frecuencia, denigrante y deshumanizado (Ott, 2017). Sus rasgos definitorios son su simplicidad, impulsividad y descortesía. Esta herramienta es, sobre todo, perfecta para estudios sobre la comunicación digital porque da acceso libre al investigador a interacciones de un gran espectro de participantes (Estrada Arráez y de Benito Moreno, 2016).